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13 de agosto de 2012

El temor al VIH queda atrás con asesoría adecuada

Hacerse la prueba es importante, pero debe contar con apoyo psicológico.

La detección temprana del VIH permite desarrollar una mejor calidad de vida y previene complicaciones. Foto Archivo/s21

“Les aconsejaría a todas aquellas personas que tienen miedo, que se armen de valor porque es por nuestro bien. No hay que temer, porque realizarnos la prueba no nos hace diferentes en nada”. Esas son las palabras de una joven que decidió practicarse la prueba del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), pues consideraba que era muy importante conocer su estado de salud. Y más aún, cuando en 2011 se reportaron 34.2 millones de personas que vivían con el virus en el mundo, según se dio a conocer en la XIX Conferencia Internacional sobre el Sida, que se llevó a cabo del 22 al 27 de julio pasado en Washington. Cifra que va en aumento.

Ella aconseja no tener miedo, pues esa es una de las principales sensaciones experimentadas por las personas que toman la decisión de acercarse a una clínica para solicitar una prueba de detección. Según Humberto López, técnico del programa de VIH, de la Cruz Roja Guatemalteca, uno de los factores que se convierte en obstáculo para someterse al examen es el temor a un resultado reactivo o positivo. Además se podría tener la idea errónea de que el VIH es sinónimo de muerte. Pero una detección temprana podría prevenir el avance del virus. 

Incertidumbre 

Según Alvan Alemán, gerente de país de Pasmo Guatemala, habrá quienes sientan temor ante el resultado de la prueba. Si es positiva, las personas temen la reacción de sus familiares. Por si eso fuera poco, también se preocupan porque deberán enfrentarse al rechazo originado por el estigma y discriminación hacia personas VIH positivas. 

Alemán aconseja afrontar estos sentimientos con la ayuda del consejero o especialista que le acompañe durante la prueba. También se puede buscar apoyo en personas cercanas de confianza, profesionales y en quienes ya pasaron por la misma situación. Víctor López, del Colectivo Amigos conta el Sida, señala que la consejería es fundamental para preparar el camino, presentar el cuadro clínico y resolver inquietudes del paciente.

Después de la prueba

Si el resultado es positivo, el paciente podría reaccionar con un shock inicial y luego pasar al temor, culpa, rechazo y enojo. Para sobrellevarlo, debe recibir un acompañamiento profesional que le permita abordar estos sentimientos negativos.

López indica que con el tiempo la persona puede caer en depresión o aislamiento. “He ahí la importancia del apoyo de familiares, amigos y la pareja sentimental. En la orientación proporcionada también se le explica que se puede vivir muchos años con el VIH, si se recibe un tratamiento adecuado. Asimismo, puede emprender acciones positivas que le permiten vivir con VIH en una rutina diaria que prolongue su vida”.

Fuente: Siglo 21. Guatemala

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